Llamada cariñosamente la Bella Villa, Medellín es una ciudad de singular encanto que cautiva de inmediato a sus visitantes. Bulliciosa y agitada, se caracteriza por la febril actividad que anima sus calles y parques, repleta de gente que circula afanosamente en todas direcciones.
Su clima de eterna primavera, con un promedio de 24°C durante todo el año y su altura aproximada de 1.500 metros sobre el nivel del mar, lo hace un sitio favorable para pasajeros provenientes de zonas más cálidas, lo mismo que para los de regiones mas frías y constituyen un gran atractivo para los visitantes extranjeros.[1]
La ciudad ha tenido un crecimiento vertiginoso en las últimas décadas tanto en materia demográfica como en materia económica, hasta el punto que es considerado el segundo centro urbano de Colombia. Los Paisas como se les denomina familiarmente a sus pobladores, son gentes honestas, acogedoras, amables y sinceras, poseen un muy buen sentido del humor y siempre están dispuestos a brindar cálida y generosa hospitalidad a sus visitantes.
Los paisas son personas con un gran apego y sentido de pertenencia por su tierra, es por esto que tratan siempre de reflejar una muy buena imagen a los visitantes y turistas, tratándolos de forma amigable y hospitalaria, de modo que las personas se ven animados a volver a esta Ciudad.
[1] Oficina de Convenciones y Visitantes de Medellín (1983. Agosto). Medellín. Editorial Albon S. A.
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